lunes, 17 de enero de 2011

Nace la primera planta de reciclaje de Módulos Fotovoltaicos en España.

Electria, Compañía Eléctrica para el Desarrollo Sostenible, S.A, anuncia la puesta en marcha de un ambicioso proyecto pionero en España y Europa: la construcción de la primera planta de reciclaje de Módulos Fotovoltaicos (PVR3).

Tras más de 15 meses de investigación, “PVR3” nace con el objetivo de liderar el reciclaje de materiales y productos procedentes de la industria fotovoltaica. El proyecto Industrial se desarrollará en la Comarca de Calatayud (Cetina, Zaragoza), colindante a la autovía A2 Zaragoza-Madrid. Tiene prevista una inversión de 3 millones de Euros y puede crear 20 puestos de trabajo directos.

“PVR3” es fruto de la unión de dos grupos industriales:
-    El grupo Electria (España), creado en 2008 para impulsar un nuevo modelo energético basado en la generación distribuida y el autoconsumo, cuyo equipo directivo cuenta con una dilatada experiencia en el sector de las renovables.
-    El grupo Poseidon (India), experto y pionero a nivel mundial en el reciclaje de células de silicio.

Hacer de la necesidad una oportunidad

“En los próximos años vamos a tener que regular el reciclaje de los componentes y residuos de las renovables ante su crecimiento exponencial. Creemos que de la necesidad nace una oportunidad”, ha declarado Jose Luis Manzano, Presidente  de Electria.

La renovación de los módulos, elemento fundamental de las  plantas fotovoltaicas, y las roturas de los mismos en el proceso de producción, dentro de un sector en constante evolución, hace imprescindible crear una industria de reciclaje de los productos que componen una instalación, generando oportunidades en un nuevo nicho de mercado con alto valor añadido. Según Manzano, “es necesario anticiparse a una próxima normativa que probablemente será de aplicación obligatoria, pero también hemos de hacerlo por coherencia en la conciliación del desarrollo industrial y el respeto al medio ambiente”.

Manzano ha destacado además, que este proyecto no hubiera sido posible sin la decidida apuesta de Electria por la Investigación y Desarrollo: “hemos creado PVR3 para anticiparnos y estar preparados ante la necesidad del mercado de encontrar una solución al problema del reciclaje”.

Un mercado en desarrollo

En los últimos años, dentro del sector de las energías renovables, la energía fotovoltaica ha crecido de forma exponencial en todo el mundo. España ha sido pionera en este campo y seguirá siendo uno de los principales líderes mundiales en las próximas décadas.

Como todo sector que crece con tanta rapidez, existen partes de la cadena de valor que por la falta de previsión administrativa o sencillamente porque nadie se lo ha planteado todavía, han quedado relegados a un segundo lugar, aunque ofrecen nuevas posibilidades para desarrollar procesos industriales de alto valor añadido.

“PVR3” tiene previsto desarrollar este proyecto empresarial basándose en dos ejes complementarios:
-    Una planta de reciclaje de los productos fotovoltaicos.
-    Un laboratorio de investigación y desarrollo (I+D+I) sobre reciclaje, que se situará a la cabeza de la investigación en este campo, explotando tanto las tecnologías actuales y las incipientes para mejorarlas, como investigando nuevos procesos futuros.
España puede ser pionera en un sector emergente

El proceso de reciclaje de los módulos fotovoltaicos abre nuevas oportunidades de mercado y en especial cobra especial importancia en la recuperación del Silicio que conforma una célula solar. Este proceso permite la reutilización para la fabricación de nuevos módulos, así como mejoras en el coste de fabricación, ya que el silicio representa el 70% del coste de la célula solar.

Electria estima que hay ya al menos unas 10.000 toneladas de paneles fotovoltaicos que necesitan ser recicladas en Europa. Las necesidades anuales previstas para 2015 serán de unas 15.000 toneladas, y unas 35.000 en 2020, que es cuando realmente el mercado crecerá de manera exponencial.

Terraskin, un papel hecho de piedra

¿Qué soy? Terraskin consiste en un papel hecho a partir de residuos de la construcción, producido sin agua, sin cloro y sin productos químicos contaminantes. Resulta una buena alternativa al papel procedente de los árboles, ya que aprovecha materiales residuales para realizar el mismo "papel".

Este es uno de esos productos que van más allá y responden a preguntas como: "¿El papel sólo puede producirse a partir de la instala de árboles?". Y que hacen ver que en realidad no todo está inventado y que queda mucho por innovar y evolucionar hacia productos menos impactantes y eficientes en su uso de recursos. Este es el caso de Terraskin, una alternativa al papel convencional que cuenta con una visión de ciclo de vida en su concepción. Ya veréis por qué ...

¿En qué fase soy más sostenible? ¿Por qué? Terraskin resulta sostenible en prácticamente todas sus fases del ciclo de vida:

- Extracción de materiales: Este producto consiste en una combinación de carbonato cálcico (en un 80%) con una pequeña cantidad de resinas no tóxicas (en un 20%), que permite crear un sustrato suficientemente resistente. El carbonato cálcico proviene, mayoritariamente, de residuos de construcción (roca caliza, yeso y mármol). Estos se muelen y se convierten en un polvo muy fino. En cuanto a la resina, ésta proviene en parte de residuos post-industriales reciclados. La combinación de ambos materiales hace posible un papel resistente tanto al agua como las rupturas.

- Producción: El proceso de fabricación de Terraskin no consume agua y no emite ningún gas tóxico, además de no implicar el uso de cloro, ácido o bases fuertes. Por otra parte, la producción de este papel consume la mitad de energía y emite menos CO2 que en el caso del papel convencional.

- Eliminación: Terraskin se biodegrada. Concretamente, el papel Terraskin de 200 micras de espesor se biodegrada en un periodo de entre 6 a 9 meses cuando es expuesto directamente a la luz solar y a la humedad. Por otra parte, una vez utilizado, el Terraskin se puede reciclar a partir de su transformación en polvo. Actualmente los residuos del papel Terraskin se reciclan en Asia y se utilizan para fabricar más papel. El proceso de reciclaje, pero, no consume agua como en el caso del papel convencional que necesita para su blanqueo y que obliga a costosos tratamientos de purificación del agua. Finalmente, la combustión de este papel emite un 50% menos de CO2 que en el caso del papel convencional.

Por todo ello, en 2007, este papel de piedra recibió la prestigiosa certificación Cradle to Cradle de Plata de MBDC. Todo un distintivo de calidad y rigurosidad. En el siguiente vídeo se muestra un breve documental sobre el concepto del papel de piedra Terraskin.